Aquí la fibra de algodón no sirve; sirven las pieles humanas, desprovistas de aliento y templanza.

domingo, 13 de junio de 2010

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Ya ves, lo obvio detiene lo táctil
así como las cosas que temo.
Sin saber lo que el aire me cuenta fomenté sabios dolores ante mis ojos
y no los ví. Frágil. Sumisa. Dócil.

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